Análisis 35,  Ángela Argüeso Flórez

La casa


Ángela Argüeso Flórez[1]

Comprobar que la casa que hemos adornado y la vida que hemos construido se puede tambalear o erguirse como una gran losa, ha sido una gran lección en pandemia. Como dice la canción El momento más feliz, de La Casa Azul:

El momento más terrible,

comprender que es imposible

revelarse contra el devenir.

La soledad de una casa puede haber significado un oasis de tranquilidad, descanso, paz (eternos), el deber interno ha empujado a los que vivían aquí a un aislamiento total, una misión de extrema importancia. Esta casa tiene grandes cerrojos, difíciles de abrir. Los ribetes de las ventanas son de la mejor calidad y han comprado un purificador de aire, por si acaso.

La soledad ha sido descubierta por algunos como un misterio, los que no sabían que podían ser su propia compañía. Aquí conviven la incertidumbre y el descubrimiento. Esta casa tiene un cerrojo débil y barato. Dudan de si adoptar un gato.

Para otros, la soledad ha sido una ruptura, la desgracia más extrema. Esta casa nunca echa el cerrojo, la puerta siempre está abierta. No tiene ni siquiera mosquitera.

Algunos apenas han notado cambios con un confinamiento. En esta casa se celebra, hay ruido. No se han planteado ni comprar un cerrojo.

Todas las casas ya eran salvaguarda o cárcel, cementerio o bullicio, pero ni los arquitectos se habían percatado.

En esta pandemia ha habido retornos a la casa familiar, mudanzas, encuentros furtivos dentro y fuera de las casas, sumas y restas en las familias, y descubrimientos de la casa correcta: la que se cierra con cuatro vueltas de llave o la que tiene una tarta con velas a punto para soplar y no pedir nada más que lo que ya se desea.

Algunos han descubierto con quién quieren compartir su jaula de oro, adornada y alegre, como la Casa Azulde Frida Kahlo, nombre del grupo compositor de esta canción, que refleja cómo la compañía elegida para hacer frente a esta soledad impuesta, ha sido el mejor bálsamo para la cordura:

El momento más feliz es cuando un lunes

Es fiesta, sonríes,

 y bajamos a comprar el periódico y a desayunar.

El momento más feliz es cuando llegas a casa,

Y me besas, y hablamos

De todas las cosas que van a pasar.

Sé que es casi nada,

Pero me sirve de tanto.

Sólo una palabra

Para olvidarme del pánico.


[1] Ángela Argüeso es Graduada en Psicología por la Universidad Pontificia de Salamanca. Máster en Psicología Sanitaria por la Univ. Autónoma de Madrid. Participante en el SCF de Castilla y León. Psicóloga on-line.