Análisis 35,  Escuela lacaniana (número 35),  Roberto Martínez de Benito

Entrevista a Fernando Martín Aduriz[1]


Roberto Martínez de Benito[2]

Fernando Martín Aduriz, es licenciado en Psicología, Psicopedagogía, Filosofía y Ciencias de la Educación. Pero ante todo es psicoanalista lacaniano, miembro de la ELP y de la AMP y en este momento Director de la Comunidad de Castilla y León de la ELP –ésta es su segunda etapa-  y Coordinador del Campo Freudiano en Castilla y León.

Se formó en Psicoanálisis en Madrid (1984-93) y en París (1999-2014), y tiene a gala ser discípulo de Éric Laurent.

También es escritor y ávido lector. De libros, de artículos periodísticos (Escribe desde 2003 la columna semanal «Vecinos ilustrados» del Diario Palentino) y de artículos en revistas especializadas de psicoanálisis y salud mental (Revista de la Asociación Española de NeuropsiquiatríaEl PsicoanálisisFreudianaSISO-Saude, entre otras). Dirige la Revista Análisis, la primera publicación psicoanalítica de Castilla y León, desde el año 2000.

Es compilador del libro colectivo Adolescencias por venir (Gredos, 2012), y coautor de Una clínica posible del autismo infantil (Grama, 2012), La sociedad de la vigilancia y sus criminales (Gredos, 2011), Voces de la ciudad (FCA, 2020). Es autor del «Prólogo» en Obras Completas de Françoise Dolto (RBA, 2006) y de Mejor no comprender (La Nutria, 2016) y sus últimos títulos son La ansiedad que no cesa (Xoroi, 2018), Vecinos ilustrados, encore (Dolto, 2019). A punto de salir Por qué se escribe. Cincuenta escritores, (MG, 2021), un estudio acerca de las razones que conducen a la escritura.

Asimismo destaca su vertiente y capacidad docente: ha sido profesor en el Máster de Psicoanálisis Clínico de la Universidad de Salamanca. En la actualidad es profesor del Máster de Psicopatología y Clínica Psicoanalítica de la Universidad de Valladolid y es coordinador del Campo Freudiano en Castilla y León.

Es Patrono de la Fundación FUNDOS de Castilla y León, de la Fundación Sta María la Real, y ha sido presidente del Ateneo de Palencia, durante tres años, hasta diciembre del 2020.

Fue miembro del Consejo en España de la ELP (2010-2014), patrono de la Fundación FCOL (2010-2014), y primer redactor en España del Blog de la ELP (2005-2008).

Y tanto más, porque no para. ¡Ah! Y es madridista de pro.

Compañero desde hace muchos años (1999) cuando con José Mª Álvarez y Alfredo Cimiano pusieron en marcha el Grupo de Estudios Psicoanalíticos de Castilla y León, al que me invitaron a unirme.

Me gustaría saber tu opinión sobre diversos aspectos en tu faceta de psicoanalista, escritor, ciudadano…

Me dirijo al psicoanalista.

RM DE BENITO.- ¿Qué perspectivas presentes y futuras ves al psicoanálisis, en concreto al de orientación lacaniana? Y te pediría que lo enfocaras tanto a nivel general, como de la ELP y de nuestra Comunidad.

ADURIZ.- Considero que el psicoanálisis nunca estuvo tan bien como ahora, tanto en Castilla y León, como en el resto de España, como en Europa, y no digamos en Latinoamérica. Al comienzo cuando el psicoanálisis comenzaba con Freud, en Viena, el profesor no disponía de medios para poder pagar las primeras publicaciones…hoy, como nunca antes en la historia, tantos y tantos jóvenes encuentran en la conversación con un psicoanalista un seguro para descubrir lo que saben, para andar por la vida más ligeros de equipaje.

Y eso, en una época en la que todo lo que sean palabras son vistas como inútiles, como algo que se las lleva el viento. Incluso, se llega a decir la tontería de que una imagen vale más que mil palabras, pero no es verdad, las imágenes han de “leerse”, como el inconsciente.

Conmover mediante la retórica, en el trabajo analítico, se impone como la fórmula exitosa para vivir una vida más vivible, ayudando al de al lado, y para aceptar el fracaso, para saber perder. En la vida, se trata de eso, “de fracasar cada vez mejor”, que diría Beckett.

La ELP ha de buscar un relevo generacional, y atraer a jóvenes practicantes. Quizá deba de hacerse acompañar de nuevos inventos. Y no temer las crisis y los debates sosegados. A su vez es de admirar su solvencia y su tenacidad, el entusiasmo de los más veteranos, que no cejan, no paran.

La Escuela en Castilla y León saldrá reforzada de sus impasses. Se abren tiempos nuevos. Vamos a ver. Hay que destacar el deseo y el sostén en los últimos años de Roberto Martínez de Benito, a quien seguro desconoces muy bien. Pues te puedo asegurar que es clave en el futuro del psicoanálisis en nuestra tierra. Habla con él, y lo verás.

RM DE BENITO.- La actual situación pandémica ha trastocado nuestras formas de trabajo habituales. Tú eres acérrimo defensor de las tecnologías. ¿Cómo ves su impacto e importancia para el futuro del psicoanálisis? ¿Es algo que ha venido para quedarse? ¿Cómo crees que afectará al acto analítico y cómo crees que hay que implementarla?

ADURIZ.- Cuando hice cola en Palencia en julio de 2008 para comprar el primer iPhone, un iPhone 3G, ya tuve la burla de los que pensaban que un “teléfono es sólo para hablar por teléfono”. No veían lo que se avecinaba. Lo extraño es que en París en septiembre de 2019 en la cola para comprar este iPhone 11, todavía resonaba esa burla de los tecnófobos, ahora muy calladitos con su smartphone en la mano, claro. Cuando llegó el iPad, enero 2010, igual, EL PAÍS tituló en portada: “el último juguete de Apple”. En fin. En 1986 usaba un Spectrum ZX para el trabajo con niños con dificultades de aprendizaje, y nunca he visto a la tecnología un objeto angustiante, cual Unheimlich.

La pandemia ha traído la psicología on-line, que comencé a practicar hace años, desde la emergencia de Skype, de las videollamadas, en todos esos casos en que el desplazamiento era imposible. Piensa que en nuestra tierra, en medio de la España vacía, si un joven quiere seguir con su psicólogo sus sesiones cada semana, no puede mientras estudia fuera, y tampoco cuando no puede moverse de su sitio por mil razones, incluidas las fóbicas, las materiales, las económicas. El recurso a la sesión on-line necesitaba de un consenso generalizado, de unas prácticas generalizadas. Hoy, las personas mayores han descubierto que no necesitan ir al médico a simples trámites, y se evitan grandes desplazamientos. Hoy, el teletrabajo proporciona cercanía con las familias, y evita largos y costosos desplazamientos. En fin. Por no hablar de Zoom y de las posibilidades de reuniones y de conferencias y presentaciones de libros.

Ahora bien, otra cosa es el psicoanálisis. Eso son palabras mayores. El psicoanálisis es algo tan valioso y a su vez tan exigente, tan certero, tan verdadero, que requiere tomarse el asunto del dispositivo no presencial más despacio y con más profundidad. El estudio de los efectos está por ver. El asunto de la presencia del analista es determinante. Se necesita de la presencia en todos aquellos casos en los que se trata de psicoanálisis y no de una mera consulta o sesión psicológica o psiquiátrica. No es lo mismo una clínica orientada por el psicoanálisis, en cuyo caso la terapia on-line puede usarse sin problema, con efectos extraordinarios en las curas, al menos en mi práctica lo compruebo, y por lo que escucho a los jóvenes psicólogos que se forman conmigo también. No es lo mismo una clínica orientada por el psicoanálisis que un psicoanálisis en su amplio rigor, llevado hasta el final, que precisa de la presencia del analista, del diván…En este caso la discusión puede venir en el uso híbrido de sesión presencial y sesión on-line. Esta fórmula es la que practico: sesión presencial combinada con sesión on-line en algunos casos, teniendo en cuenta múltiples factores, lógicas muy singulares, tramos, circunstancias personales…no habrá una lógica del para todos la presencia o para todos lo on-line. La lógica a implementar será la lógica del no-todo. La decisión será individual, uno por uno, entre el psicoanalista y su analizante. Como el pago, como el tiempo de cada sesión, como el tiempo de cada análisis. Uno por uno.

RM DE BENITO.-¿La prisa lacaniana, que defiendes, cómo articularla con los tiempos lógicos lacanianos (el instante de ver, el tiempo de comprender y el momento de concluir)?

ADURIZ.- Vamos a ver, la prisa acontece cuando llega la angustia, como modo de tratamiento de la angustia; y acontece cuando se otea la salida, el momento de concluir en todo acto, sea el que sea. La prisa es la solución del que ama vivir, y vive dos segundos en uno, como hiciera Jacques Lacan, quien no podía detenerse en los pasos a nivel, ni en los semáforos, que analizaba multitudes de la mañana a la noche, que se unió a la juventud frente a los “zapatitos”, que permitió a su analizante Éric Laurent que no se perdiera ni una sola manifestación en mayo del 68, pero que tampoco se perdiera una sola sesión de psicoanálisis en ese mes. O que salía corriendo tras Rosine Lefort hasta darla alcance en el metro, cuando se levantaba del diván porque oía mucho ruido en la sala de espera de Lacan siempre repleta de gente y de prisa.

Soy de la prisa, qué le vamos a hacer: no puedo ir a una oficina de la administración pública y esperar, no puedo. No puedo ir a una reunión a perder el tiempo, no puedo escuchar una Mesa redonda, ya no puedo. Sin prisa, sin meter prisa, el sujeto obsesivo que pulula a nuestro alrededor, duerme el sueño de los justos en el eterno tiempo para comprender, o como dice Lacan, anticipa demasiado tarde. Pero es que el melancolizado llora por el pasado, y el nostálgico añora un tiempo que no va a volver, y es incapaz de unirse a otros para cambiar las cosas. Y para remate, el histérico no puede hacer mucho rápido porque todo es demasiado pronto.

Saber hacer con este incurable de los que nunca tienen prisa para nada y seguirán allí en el mismo sitio en el que los dejamos hace años, como el dinosaurio de Monterroso, es inocularles poco a poco la pasión por la vida, por la aventura de vivir aceptando las diarias contingencias, sin amurallarse como el fóbico, sin esconderse como el miedoso. Un análisis sirve para eso, para tener prisa buena, no prisa mala.

La prisa buena la que recorre sin pausa, sin detenciones neuróticas, los tres tiempos lógicos de cada acto, de cada sesión, de cada análisis: ver, comprender, y concluir.

RM DE BENITO.- Siempre has defendido la figura del “psicoanalista de barrio”, incluido en la ciudad. ¿Sigue pareciéndote una visión válida para los tiempos actuales?

ADURIZ.- Lo defendí en unas Jornadas de Castilla y León, en la Facultad de Medicina. Esa figura es muy necesaria, la cercanía de los psicoanalistas con sus vecinos, con el circuito intelectual y cultural o artístico de su ciudad, con sus poetas, con sus pensadores, con quienes desde tiempos inmemoriales de han acercado al diván del psicoanalista para crear más y mejor. Cuando escucho en mi consulta los problemas de la ciudad que traen abogados, médicos, políticos, escritores, profesores, pienso que eso ya es participar en la vida de la ciudad, estar ofreciendo a los vecinos la posibilidad de amar su propio inconsciente, y eso les permite operar de distinta manera cuando se confrontan con otros ciudadanos, más aligerados de lo inservible, y más centrados en el corazón de las cosas. Observo que una inmensa mayoría en el transcurso de un análisis retoman sus estudios, emprenden otros, comienzan a estudiar en una Universidad on-line. Fue mi caso también, terminé y estudié varias carreras, aguijoneado por mi psicoanalista, Éric Laurent. Recuerdo que ante mis reticencias por tener que estudiar absurdeces de los programas universitarios me espetó: “¡se cultiva!”. (Pasados los 60 años, incluso me he vuelto a matricular en dos carreras, creo que por aquella pasión). Y eso hice, nunca le estaré agradecido, a él y a los psicoanalistas que me influyeron, su pasión por el estudio, por los libros. Donde hay psicoanalistas, hay libros. Eso hace mejor la ciudad, pues se sale a la calle, no sólo como decía Lord Byron a “renovar el apetito de soledad”, sino a hacer algo por la ciudad y sus gentes.

RM DE BENITO.-¿Qué opinas de la política del psicoanálisis lacaniano cara a la sociedad y, a la inversa, que puede aportar el psicoanálisis, y cada psicoanalista en concreto, a la convulsa política de nuestro tiempo? Por extensión, ¿debe un psicoanalista, como tal, entrar en política?

ADURIZ.- El inconsciente es la política, decía Lacan. Como psicoanalistas hacemos política en el trabajo analítico, somos un factor de la política en aquellos lugares donde los psicoanalistas saben decir cosas importantes. Es el ejemplo de Jacques-Alain Miller con los Foros que organizó en París, logrando influir en la opinión pública ilustrada. Pertenezco representando a Castilla y León a la Red Zadig en España, ideada por Miller para comentar la política y preservar el estatuto de la palabra frente a quienes amenazan con la fuerza bruta o la xenofobia o el oscurantismo. No es que el psicoanalista deba entrar o no, es que ya es parte de la política. Lo que considero más discutible es abandonar nuestra neutralidad partidista. Me siento muy feliz de haber sido elegido por unanimidad, por los cuatro grupos políticos municipales de mi ciudad, Palencia, para representar al Ayuntamiento en una importante Fundación de Castilla y León. Y aún más, cuando transcurridos cuatro años, de nuevo, ahora en mayo de 2021, cinco grupos políticos distintos y antagónicos hayan vuelto a pedirme que los represente en esa Fundación. Mi deseo es reconocerme en quienes luchan hasta el final. Es política en el amplio sentido, pero no es partidismo, no defiendo los intereses de un partido, sino represento a mi ciudad.

RM DE BENITO.-¿Cómo profesor de máster universitarios, ¿Qué relación crees que debe mantener el psicoanálisis y la universidad? ¿Qué papel podría jugar ahí el Seminario del Campo Freudiano?

ADURIZ.- A la Universidad le falta el saber del psicoanálisis. Y los estudiantes universitarios, cuando finalizan el Grado y se inscriben en estos Máster de psicoanálisis cuentan lo enfadados que están con los programas universitarios que desconocen la enseñanza de Lacan, sus aportaciones para la clínica infantil por ejemplo, y cuando estudian el estadio del espejo, o las fobias, o el despliegue del caso Hans, o cómo se opera en un caso de anorexia o de hiperactividad, “alucinan” que eso no se lo hayan enseñado quienes les hablan de mil clasificaciones, mil paradigmas, y no sé cuántas desviaciones típicas. La Universidad va muy bien desorientada.

En Castilla y León tenemos que quitarnos el sombrero ante el ejemplo de sabia ejecución y maestría de mi gran colega y, sin embargo, amigo, el doctor José María Álvarez para lograr que en la Facultad de Medicina se iniciara un Máster de Psicopatología y Clínica Psicoanalítica, y él lo dirija con un deseo de psicoanalista decidido e imperturbable ante el odio. Ya vamos por la tercera edición, con alumnos de muchos lugares que estudian y estudian. Cuando me eligen como Tutor de sus TFM y les ayudo y oriento, observo que están atravesados por el saber del psicoanálisis y sus sorprendentes modos de operar tanto en la buena dirección de la cura, como en el no retroceder ante lo incurable, para inventar algo con lo incurable.

El SCF de Castilla y León, que coordinamos Álvarez y yo desde 2004, es un lugar de estudio muy intenso de los Seminarios y textos de Lacan; por él pasan cada año docentes de una enorme valía en la trasmisión de lo que se sabe del psicoanálisis de orientación lacaniana, y en todos estos años, centenares de jóvenes practicantes han tenido una posibilidad única de escuchar un discurso, el analítico, de una manera universitaria, y palpar así este saber que falta a la Universidad.

RM DE BENITO.- Para finalizar con este apartado, ¿cuáles son tus obras favoritas, y recomendarías como imprescindibles, en la literatura psicoanalítica?

ADURIZ.- De Lacan soy un lector incombustible. Me sorprende con nuevos giros. Me ha acompañado toda la vida, me alegra, me pone de buen humor, incluso cuando sigo sin entender mucho, o cuando creí entender, y ahora veo que es otra cosa. Jacques Lacan es uno de los grandes genios de la historia del siglo XX, una cabeza privilegiada, una enseñanza que se sostiene y agranda en el tiempo. Cuando lees y estudias a Lacan te das cuenta de que todo lo demás que se ha escrito de psicoanálisis son notas a pie de página de la gran obra del doctor Jacques Lacan.

Dicho eso, voy a señalar textos favoritos y autores.

De Lacan: “La dirección de la cura y los principios de su poder”.

De Freud: “Die Traumdeutung”.

De Miller: Extimidad

De Laurent: Entre transferencia y repetición

De Dolto: Diálogos en Quebec

De Winnicott: (1930-1970), Acerca de los niños.

DE KLEIN, M., Envidia y gratitud.

De BROUSSE, M.H., Cuerpos lacanianos

De ÁLVAREZ: La invención de las enfermedades mentales

De BASSOLS: Lecturas de la página en blanco.

De COSENZA: El muro de la anorexia.

De PALOMERA:  De la personalidad al nudo del síntoma

De REY: Una temporada con Lacan

RM DE BENITO.- Hablo ahora con el escritor. ¿Cuál es tu próximo proyecto?

ADURIZ.- Publicar pronto, ya está en imprenta casi, en 2021, Por qué se escribe. Cincuenta escritores. Y a finales de 2021 un texto de iniciación a la psicología: Psicología para vecinos ilustrados.

Después estoy escribiendo un ensayo sobre Pessoa: El enigmático inclasificable Pessoa. Y otro ensayo sobre adolescentes: Solitarios reunidos.

RM DE BENITO.- ¿Seguirás en la crónica periodística? ¿Qué te aporta esta dimensión de la escritura?

ADURIZ.- Lo he dejado en diciembre de 2020. Mi última columna salió el 17 de diciembre. He pedido “tiempo muerto” como en baloncesto. Me aporta mucho, me ha servido para reconocerme en la escritura, en lo mucho que me gusta, más de lo que imaginaba nunca.

RM DE BENITO.- ¿Para cuándo, si te lo has planteado, una obra de ficción?

ADURIZ.- Pues estoy atascado en una novela ambientada en la Palencia de los años sesenta. “No me da la falda”, decía un amigo. Es mi caso. No hay más horas al día, y una novela cuesta mucho, casi requiere toda la atención vital. Decidí parar.

RM DE BENITO.- Y sobre la lectura, ¿qué importancia tiene en tu vida?

ADURIZ.- No me imagino no leyendo. Es verdad que me gustaría leer más despacio, no puedo, he aprendido a leer demasiado a lo Kennedy. Y a veces no hay ese placer de leer despacio, de pescar el goce de la música de las letras. Por eso me obligo a parar de ensayos y recorro mucho los Diarios, ahora los de Andrés Trapiello que me entusiasman, no he leído nada mejor, ni siquiera Amiel, el inventor, supera a esa gran novela en marcha que son los Diarios de Andrés Trapiello, y además ahora, me considera su amigo, lo que me hace muy feliz.

RM DE BENITO.- Eres una persona implicada en los movimientos ciudadanos, sociales, políticos, culturales… ¿Qué te moviliza? ¿Qué te aporta?

ADURIZ.- No creas que tanto. No estoy implicado fuertemente más que en la Fundación Fundos, donde hay gente muy despierta y muy buena gente, haciendo una tarea honesta y constante por la cultura y el arte, y también en el Ateneo de Palencia, un ejemplo de la tenacidad de las gentes de una pequeña ciudad por mantener viva la llama encendida de un foco de cultura, y que va a ser en unos años un ejemplo de buen hacer de una institución cultural que se financia con las cuotas de sus cerca de 600 socios, y ojo al dato: no demanda ayudas ni subvenciones. Es algo revolucionario: ¡el deseo por encima de la burocracia, los protocolos y los reglamentos! Goleada. Deseo 5- Subvenciones 0.

RM DE BENITO.- Y para terminar ¿qué sería de ti sin el Real Madrid?

ADURIZ.- El psicoanálisis me ha curado de casi todo, menos de eso. Me curé una temporada, al poco de ser elegido Vicepresidente del Ateneo, que me olvidaba de los partidos, y no me importaba. Pero ahora he recaído, y claro, no me pierdo uno. Y sigo poniéndome nervioso, y recibiendo los whatsapps de los amigos unos minutos antes, que claro, me ponen aún más de los nervios. En fin. El objeto que cada uno elegimos para engañarnos, ya se sabe, varía. Pero uno de mis grandes recuerdos vitales es la luz de una tarde de mayo de 2014 en el Estadio de la Luz de Lisboa en aquella final de Champions, y después la cara de alegría de mi hijo Diego, a mi lado, única, al marcar Sergio Ramos en el minuto 93. Es indisociable de una conversación que tenía Ángela y el abuelo de Sergio Ramos en 2007 en el estadio Nuevo Colombino de Huelva: ambos hablaban de su nieto, y de la pasión de un abuelo por ese su nieto futbolista. Muchas veces me recuerdo siendo un niño de siete, ocho años, que jugaba en la calle al fútbol a diario, intercambiábamos banderines en los improvisados campos, en las eras de las afueras de la populosa barriada en la que nací, y vivíamos los recreos y algunas tardes lluviosas hipnotizados por el futbol en esos estadios con voces infantiles. Cuando estudié en Madrid, con 17 años ya frecuentaba el Bernabeu, rogando pases de favor, e inventando triquiñuelas para colarnos, a veces nos quedábamos mucho tiempo afuera oyendo los gritos, hasta que convencíamos a algún portero. Me ha gustado recorrer muchos estadios siguiendo al Madrid, el que más San Mamés, aunque también el de La Cerámica en Villarreal, y Balaídos, claro. Creo que el fútbol en un estadio repleto de voces es un acontecimiento que me da esos minutos, esos instantes fugazmente felices que vivimos en nuestra vida, mientras, a la par, transcurren nuestras horas, leyendo a Lacan, trabajando para el psicoanálisis, y amando vivir.


[1] Entrevista reescrita en León, 27 de febrero de 2021, y ampliada el 11 de junio de 2021.

Debido a una iniciativa del actual Presidente de la ELP, Félix Rueda, los nuevos Directores de las Comunidades de la ELP en España para el periodo 2020-2022, podrían ser entrevistados en el momento de acceder a la nueva responsabilidad. En Castilla y León, el Director saliente, Roberto Martínez de Benito, entrevistaría al nuevo Director de la Comunidad de la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis de Castilla y León, Fernando Martín Aduriz.

[2] Roberto Martínez de Benito es Psiquiatra en León y Psicoanalista miembro de la ELP y de la AMP.