Su mundo amenazaba con desmoronarse en las frías aguas de la perplejidad cuando la mirada seria de un superior encendió la mecha de una pequeña antorcha que le iluminó lo suficiente como para iniciar el duro y constante trabajo delirante que lo ha mantenido en pie hasta nuestros días. Por aquella época contaba con 19 años y pasaba su tercer año en el ejército profesional. Fiel a su estilo, se entregó en cuerpo y alma a unas exigencias cada vez mayores. Un mando la tenía tomada con él y los castigos caían en forma de imaginarias y bajadas de bandera. Él se mantenía firme y realizaba todos los cometidos que…
-
-
Nuestros sanitarios
Jesús Pol[1] Me dejo llevar mientras un aluvión de recuerdos sin palabras agita el bolígrafo. Puede que esta sea la página en blanco que más me cueste rellenar. Sin embargo, pararse en medio de esta tormenta “sin sentido” y construir un refugio de palabras que nos permita tomar aliento mientras seguimos creando el camino para seguir hacia delante, parece un ejercicio más que necesario. Yo poco sé, poco puedo contar, pero por si sirve, vamos a ello. Los recuerdos de los primeros días vienen teñidos por el silencio. El silencio de las calles, del complejo asistencial, el mío y el de los compañeros. El silencio en aquellas primeras reuniones ya…