Análisis 35,  Letras (número 35),  Vicente Palomera

“C-u-a-r-e-n-t-e-n-a”. Sobre El Aviador, de Martin Scorsese


Vicente Palomera[1]

Allene Hughes: Q-u-a-r-e-n-t-i-n-e.

Howard Hughes: Quarentine. Q.a.r.e.n.t.i.n.e. Quarentine.

(Escena inaugural del film de Martin Scorcese, The aviator).

En plena cuarentena en la que nos hallamos sumidos, he encontrado un extraordinario tweet en el que Martin Scorsese nos habla del impacto que le produjo la lectura de la primera escena con la que comienza el guión de John Logan.[1] Vemos a Allene Hughes bañando a su hijo Howard en una habitación apenas iluminada. Allene sufría de un delirio a la contaminación microbiana y solía repasar exhaustivamente el cuerpo desnudo del niño. También verificaba a diario sus deposiciones. Durante la toilette de su hijo frotaba todo su cuerpo con un potente jabón de lejía.

Lo que más le llamó la atención a Scorsese fue que el significante “cuarentena” sería desde entonces “la frase clave en su vida”, el significante amo sobre el que tendría que manejarse con ese Otro que lo devoraba todo, llevándole a desplegar su misión de construir aviones cada vez más potentes para escapar de los gérmenes. La pasión por la construcción de esa aletosféra[2] cumplía un plan tan riguroso como el de poner orden de las piezas sueltas con las que está hecha la lengua.

Tratándose de los seres humanos, la única enfermedad de la que se sufre es aquella que se introduce en el viviente por el parasitismo del significante: la vida no está afectada solo por tales o cuales agentes naturales, también está afectada por un parasitismo muy singular, el lenguaje. En el caso de Hughes, se ve el organismo de un ser hablante librado a ese extraño depredador que prolifera a sus expensas.

El Aviador tiene el enorme mérito de evocar esa infección lenguajera de la que habla Jacques Lacan. Hughes la vivió desde muy temprano: tuvo que aprender a defenderse de una palabra q.a.r.e.n.t.i.n. que su madre deletrea mientras lo bañaba en plena epidemia de cólera en una amplia zona del Misisipi. Lo que Scorsese muestra a lo largo del film es que Hughes se vio obligado a insertar ese significante en una serie de historias cortas que tendrá que repetir compulsivamente, esforzándose por retenerlo de memoria en una época en la que apenas empezaba a dominar la escritura.

Vemos así cómo, en los diversos desencadenamientos de sus crisis usaba salmodias monótonas, carentes de gracia o expresividad, para atemperar la virulencia del símbolo y suavizar la quemazón que la lengua le producía. Vemos, también, cómo en esas crisis Hughes respondía al dolor de existir del que era presa por el parásito significante y su particular modalidad de tratar el traumatismo que el lenguaje infligía en su ser.

La película de Scorsese contrasta con la popularización del T.O.C. entre el publico americano, en  parte gracias al éxito de libros como El niño que no podía parar de lavarse las manos[3] y Just checking[4]. El valor de la película reside en el hecho de no reducir la vida mental de Hughes a un catálogo de síntomas empíricamente verificables que deben ser tratados por medio de medicación y de técnicas de “anticipación consciente”. En definitiva, Scorsese nos muestra que la enfermedad mental no se deja reducir a un conjunto de fobias y que, confrontado con la clínica, el cine puede lograr transmitir el modo en que cada ser humano trata de arreglárselas para abordar la enfermedad y la subjetividad.

NOTAS

[1] The Aviator : Audio Commentary with Martin Scorsese, Thelma Schoonmaker and Michel Mann.

[2] Neologismo de Lacan donde en la categoría del  Otro se amalgama el término griego aletheia (verdad) y atmósfera.

[3] Rapoport, Judith, L. The Boy Who Couldn’t Stop Washing: The Experience and Treatment of Obsessive-Compulsive Disorder, E.P. Dutton, 1989.

[4] Stuart M. KaminskyThe Howard Hughes Affair, Open Road Media, Ebook


[1] Vicente Palomera es psicoanalista en Barcelona. Este texto ha sido enviado amablemente por el autor para su publicación en Análisis, y publicado en su momento en el Blog de Zadig-España el 19 de marzo de 2020.