Análisis 36,  Chus Gómez

Del todo al no-todo

Un hospital psiquiátrico marcado por el amo como de ”rehabilitación”, puede ser un buen lugar para la invención, para pacientes y clínicos; la cuestión pasa por ingeniarse un modo de hacer y de tratar a los que allí viven, a los que llegan, están un tiempo y se van otra vez a circular por el mundo, siempre de modo frágil y precario, por tres razones:  gravedad clínica, pobreza, y precariedad del lazo para sostenerse. Subsistir sin colapsar en este escenario implica malabarismos e inventos sostenidos en el deseo de los clínicos de asumir riesgos con sus pacientes evitando la constante amenaza de hospital-almacén o estación final para los acogidos y los que trabajan, instalados en una molicie adormecedora de la queja perpetua, declinando de la apuesta clínica y ética, en la que el infierno son los demás. Se trata de buscar con los sujetos psicóticos un modo de habitarse y de habitar el mundo lo mejor posible para cada uno. Toda una yincana, un reto clínico y ético. Que este lugar destaque por su vitalidad y no por la pulsión de muerte y el silencio, exige mucho deseo en juego, motor de este invento, respetando los semblantes que el marco legal impone, pero usándolos de modo distinto al del amo. Buscamos que no sea el paciente quién acabe en el lecho de Procusto de la institución, sino que ella se amolde a él y a su singularidad lo mejor posible. Generar transferencia es la guía clínica fundamental. La clínica orientada por la escucha analítica ha hecho un pequeño agujero en el discurso del TODO institucional, con sus normas y procedimientos, para inscribir algo de la falta, permitiendo un funcionamiento acorde a la lógica del NO-TODO fálico, más amable a las singularidades; no sin dificultades, no sin trabajo y con un deseo muy decidido para no claudicar a la repetición institucional y a la dureza de unos síntomas psicóticos de gran peso en territorios de los imposibles varios. El marco legal condiciona la atención, ha establecido y previsto de antemano casi todo, sin margen para lo singular. Dicho marco no piensa en ciudadanos, sujetos y tiempos subjetivos, piensa en diagnósticos y establece plazos para alcanzar el ideal “rehabilitador”; así rehabilitados y de alta, son volcados a la red de salud mental para desde ahí seguir su itinerario de “curación” hasta silenciar síntomas y quejas, en auténtica pax romana y social; engullidos por el matraquillo de la vida de los comunes mortales, en un peldaño social inferior con cierta protección estatal, porque no circulan con los otros a la velocidad productiva que el amo capitalista marca. Resultado de este ordenamiento, los espacios hospitalarios se nombran con significantes que hacen gala de ese ideal y de los cuidados previstos. Amoldarse a ese modelo es la opción y el camino indicado. La realidad, infinitamente más compleja, alienta a que, si se hace clínica, la apuesta sea otra. A nuestro favor la ausencia de demandas evaluadoras o tecnocráticas varias, ni desde la gerencia ni desde la jefatura de servicio, posición de partida muy favorable y de agradecer. Con libertad para trabajar, desde las antípodas teóricas así lo hacemos, sin impedimentos para ingresos y altas. El amo no quiere listas de espera, ni atascos; pide que la rueda circule veloz. Nuestro lema es trabajar sin enredarnos en conflictos imaginarios: si el paciente precisa ingreso, se hace, sea cual sea el motivo, sin obedecer a las normas escritas sobre quienes deberían de ingresar y quienes no, según las definiciones estándar. Ingresados ya veremos qué hacer. Un estilo muy práctico, alejado de inútiles disputas imaginarias y narcisistas. Las dificultades en nuestro caso no vienen de la tecnocracia, si no de revertir un modo de hacer que tiende a cosificar, a la molicie, y a la arbitrariedad, derivadas de múltiples factores, pero sobre todo de la falta de profesionalización y formación del grupo de cuidadores, el más numeroso, que llegan al psiquiátrico huyendo de otros servicios médicos buscando una plaza donde “no se haga nada”. Con estos mimbres la cosa es complicada, y con ella hay que bregar. A esa huida se unen otros factores jubilación próxima, acoplamientos etc. La organización hospitalaria se rige por criterios clínicos y éticos; nada que rehabilitar en la psicosis; usamos el espacio con criterio clínico y según la transferencia establecida si es un paciente conocido, y si no lo es, pensando en favorecerla. Con esta brújula, se hacen todos los cambios de espacio necesarios, si es ese un impedimento para lograrla. Los espacios de reunión con los intervinientes están orientados más a transmitir desde el hacer, o no hacer, qué desde despliegues teóricos que calan poco según las características del personal comentadas. Desde hace unos años hemos articulado un seminario de arte y psicosis, conectado y derivado de un espacio de libre creación para pacientes ingresados y de alta. Colaboran también artistas dispuestos a aprender las enseñanzas de la locura. En agosto ha sido la primera exposición con excelente acogida; momento eufórico y vital para los participantes que da el primer paso para hacer lazo en la ciudad, no por su condición de pacientes, sino por la de ciudadanos artistas “con Chispa”, como se nominan. Además de exponer sus obras, lo hicieron con sus textos, alocuciones, y sus versos. Reivindicaron su condición de sujetos, no sujetados a una etiqueta, sino a una posición subjetiva y ética singular como todo el mundo. Este ha sido nuestro pequeño invento, como lo fueron hace años dos perros, que dulcificaron la violencia institucional.

Seguiremos haciendo para construir e inventar otra institución diferente a la habitual. Zafarse de ese TODO para instaurar el NO-TODO ha sido el invento que a golpe de paciencia y de deseo hemos logrado. La orientación analítica lo permite, pese al escaso margen de maniobra. Siempre hay modos y maneras de zafarse para poder vivir sabiendo que es posible compartir que cada uno esté en su mundo con esos otros en sus mundos.

1-La práctica entre varios. Cuadernos de psicoanálisis Nº 28. Revista del CF España. Ed. Eolia.

2-El psicoanalista en la Institución. Cuadernos de psicoanálisis Nº 27. Revista del CF  España. Ed. Eolia.

3-Foucault, M., El poder psiquiátrico. FCE

4-Lacan, J., Seminario 3, Las psicosis; Paidós.

El loco del pelo rojo en los sueños de Kurosawa

Virginia González Diez[1]

“En un mundo loco, solo los locos están cuerdos”

Akira Kurosawa

El actor que interpreta a Vincent Van Gogh en Los sueños (1990) de Akira Kurosawa dice: “Cuando veo tanta belleza me siento inmerso en ella y luego, igual que en un sueño, el paisaje se pinta por sí solo”. Kurosawa toma estas palabras para mostrarnos sus fantasías más oníricas. Primero hace partícipe al público de la obra de Van Gogh, lo sumerge en una galería de arte donde se potencia la fuerza del artista en cada cuadro. Luego nos introduce en los cuadros mediante un actor que camina a través de ellos al ritmo de la música de Chopin.

Este cortometraje es ejemplo de que el arte en todas sus representaciones muestra la marca singular de goce de cada artista. Evidencia de que todo el mundo está en su mundo y cada uno en el suyo. Vincent Van Gogh por un lado, y Akira Kurosawa por otro, se las arreglaron para inventar con los recursos que cada uno disponía. Como resultado ambos nos han dejado un legado cultural y artístico singular e irrepetible, que a su vez ha influenciado a muchos artistas posteriores.

Vincent Van Gogh tuvo que romper el muro que se interponía entre lo que sentía y lo que era capaz de expresar. Hoy en día es un pintor de reconocido prestigio que tuvo una compleja vida. Lo podemos ver en la película de su biografía El loco del pelo rojo (1956) de Vincente Minnelli.

Los sueños y El loco del pelo rojo constituyen ejemplos filmográficos que se sumergen en la obra de Van Gogh. Muestran sus invenciones ligadas a la función creacionista y constituyen lo más propio del pintor como ser hablante. Van Gogh pinta una pluralidad de cuadros que, siguiendo la pista de Freud y de Lacan, evidencian la sublimación del artista a través de la creación intelectual. Esta sublimación tiene el reconocimiento social puesto que se ha desviado hacia objetos socialmente valorados. Sus cuadros proceden de su modo de hacer con lo real que en este caso ejercieron un poder de fascinación para el artista, inventando lo que no estaba. Pero para Van Gogh esto no fue suficiente, pues tristemente en última instancia fue conducido a la muerte y destrucción.

La vida de este artista refleja parte de la esencia del título de las XXI Jornadas de la ELP Todo el mundo está en su mundo. Jornadas que constituyen la razón para dilucidar en la clínica de las invenciones de cada uno a través de la ultimísima enseñanza de Lacan y de su práctica.

Esta clínica de las invenciones explicada a través del eje de trabajo “Invención y producciones artísticas” da un papel primordial a los artistas y a lo más propio de cada ser hablante. Cuestión que se puede entender de una manera clínica a través de la enseñanza y transmisión del psicoanálisis, y que a su vez se atisba en la propia obra de los artistas. En Los sueños de Kurosawa se ve lo singular de Van Gogh y también lo singular del cineasta japonés. Es una mezcla artística que se constituye en una nueva obra de arte.

De ahí la importancia de conservar el legado cultural y artístico, así como de transmitirlo y hacerlo accesible a todo el mundo. Y es que transitar por las diferentes creaciones es sumergirse en lo singular de cada artista para en definitiva enriquecernos culturalmente.                              

Por este motivo, observar un cuadro, ver una película, escuchar una canción, leer un libro e interesarse por cada artista y su obra singular es un mundo infinito que abre puertas al conocimiento y a la posibilidad de una sencilla transmisión del psicoanálisis.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                           

Filmografía

  • Kurosawa, A. (Director). (1990). Yume (Dreams). [Los Sueños de Akira Kurosawa] [Película]. Kurosawa. Coproducción Japón-Estados Unidos
  • Minnelli, V. (Director). (1956). Lust for live [El loco del pelo rojo] [Película]. Metro-Goldwyn-Mayer (MGM)

[1] Virginia González Diez es Psicóloga, Máster en Psicología Sanitaria, y socia de la Sede de Palencia de la ELP. Responsable de la Biblioteca de Orientación Lacaniana de Castilla y León.